Héctor Zamora

Emergencia

Emergencia, Héctor Zamora,

EMERGENCIA

 

Comisariada por Marisol Rodríguez

 

EMERGENCIA, primera exposición individual de Héctor Zamora en Albarrán Bourdais presenta una acción inédita que tendrá lugar durante el Madrid GalleryWeekend, así como obras nuevas de la serie Poralia, inspirada por el encuentro técnico y poético entre las hipérboles paraboloides y el movimiento ascendente de la fauna abisal. La muestra es una llamada de atención hacia los comportamientos armoniosos que pueden emerger cuando un problema atañe a una colectividad, y busca abrir un espacio de encuentro entre lo cotidiano y lo extraordinario en tres cuerpos de obra con los que se recorren los ejes fundamentales en la obra del artista mexicano.

 

Armonía y destrucción

 

(EMERGENCIA es una acción creada específicamente para la galería e involucra a cerca de treinta participantes en la circulación de cientos de vasijas que se arrojarán de mano en mano en un circuito que verá a los objetos volar por una parte importante de la galería, entrando, saliendo y recorriendo el espacio de un modo que rompe con la solemnidad que caracteriza al cubo blanco. 

La lógica de la circulación es vaciada de su función productiva en una acción que explora, en cambio, la tensión entre la armonía y la destrucción que surge entre individuos una vez establecido el ritmo de intercambio. Esta coreografía espontánea que nace entre los participantes es un elemento esencial en la obra de Zamora, artista que busca en su trabajo el equilibrio entre el cálculo preciso (con frecuencia ligado a la arquitectura y sus estructuras), y el azar que aporta la intervención humana.

Consciente de la inevitabilidad del accidente, Zamora introduce arena de colores en las vasijas. Así, su caída es bienvenida como la oportunidad de crear una serie de dibujos efímeros, mismos que permanecen en el piso de la galería durante toda la exposición. Si la manipulación y eventual destrucción del objeto artístico es tabú en los entornos expositivos, en esta acción son el medio mismo de su producción.

 

Catalizadores, provocaciones, accidentes

 

Ya en el 2003 Zamora exploraba la noción de circulación en piezas como Pneu, instalación para la que creó un cilindro de plástico rojo, inflado por una corriente constante de aire que, una vez activado, recorría la totalidad del edificio de varios pisos de la galería Garash en la Ciudad de México. Como la serpiente que se muerde la cola, la pieza no tenía principio ni fin: entraba por la puerta principal, atravesaba el espacio y salía por la parte trasera del edificio, subía al techo y regresaba a la entrada en un loop a la vez imponente e impenetrable. Desde entonces, el artista mezclaba ambición con una economía formal dictada por el contexto local de producción, utilizando medios extremadamente modestos (plástico, ventiladores, un presupuesto casi nulo) para lograr un resultado monumental que podía leerse como un cuestionamiento a la accesibilidad, la movilidad y la jerarquía de la obra de arte con relación a su espectador.

Una década después, Zamora creó las piezas Inconstância Material (2012) y O Abuso da historia (2014) en Sao Paulo, ciudad en la que residió durante 9 años y con la que estableció un dialogo importante que informó su pasión por la arquitectura. En Inconstância Material, Zamora puso en juego su interés por el ladrillo como símbolo de, por un lado, un ambivalente triunfo de la imaginación humana sobre su entorno natural, y por otro, el trabajo manual como pilar de la sociedad. La curiosidad del artista por las estructuras ligeras e incluso flotantes como las percibe en la obra de Panamarenko (podemos imaginar Pneu (2003) como un Aeromodeller (1969-1971) irreverentemente aplastado y unido en sus dos extremos), completaban una ecuación.

Si diez años antes un enorme neumático rojo se le imponía al espacio de exposición poniendo en crisis la noción de acceso, en Inconstância Material cientos de ladrillos creaban un flujo de barro cocido animado por trabajadores de la construcción que de otro modo jamás habrían puesto un pie en la galería. Las acciones generadas por el artista dan lugar a momentos de euforia y libertad, seguidos por preguntas serias e importantes sobre quién y cómo puede acceder a ellas.

Dos años después, también en Sao Paulo, Zamora realiza un quiebre simbólico con la acción O Abuso da historia, para la que trescientas plantas en sus macetas fueron aventadas desde los balcones de un tercer piso hacia el patio interior de un antiguo edificio. ¿Qué puede significar este título que nos habla de consideraciones históricas en una acción que produce efectos tan viscerales e inmediatos?

Para Ivan Muñiz Reed, Zamora “creó O Abuso da historia en Sao Paulo en el 2014 como un intento de “expurgar el contexto” y crear una experiencia universal con ninguna referencia específica al sitio. Como lo hace con frecuencia, el artista combinó unos cuantos elementos para realizar la obra – en este caso las plantas y los aproximadamente 20 hombres que lo ayudaron a aventarlas. Aun al seleccionar el tipo de plantas, tuvo cuidado de evitar cualquier sentido de localidad; usó el significante más común de una experiencia homogeneizada – una palmera de oficina.”

Como en las acciones tempranas de Roman Signer que involucraban arrojar o explotar objetos, Zamora encuentra en el acto de aventar un catalizador emotivoque no necesita ser sobre-explicado para revelar su potencia estética y discursiva. El artista evita señalar cualquier conclusión a los cuestionamientos que éstas piezas generan, prefiriendo poner entre signos de interrogación algunos de los márgenes sociales que censuran, limitan o reprimen sus acciones (aventar, bloquear, destruir). Así, globos, ladrillos, plantas y vasijas circulan, vuelan, abren caminos o los obstruyen; se estrellan y se convierten en escombros, o producen algo nuevo al estrellarse. En la obra de Zamora, todos estos objetos se animan e irrumpen en nuestros espacios, provocando con su presencia espacios de libertad, con frecuencia alegre, siempre reflexiva.

 

La geometría de la medusa

 

A lo largo de su carrera, Héctor Zamora ha realizado exploraciones a aspectos específicos de la geometría y la arquitectura, utilizando bloques y ladrillos de terracota de España, México o Brasil como materia prima. En las composiciones que con éstos ha generado, el artista busca explotar formalmente todas las potencialidades de un determinado tipo de ladrillo, basándose en ejercicios geométricos y de teorías de conjuntos para complicar su interpretación, llevándolos de ser una unidad de construcción, a un elemento de lenguaje, tanto racional como espiritual.

Es el caso de la pieza L’oeuf de vie (2024), escultura que ocupa la totalidad de un muro de la galería y en la que Zamora convierte un conjunto de ladrillos de terracota producidos industrialmente en algo cercano a una flor que parece vibraren el espacio.

Con su título, huevo de vida, Zamora apunta a su observación de las llamadas geometrías sagradas, identificadas desde la antigüedad en la naturaleza (el ejemplo paradigmático son las conchas logarítmicas de los nautilus) y utilizadas, sobre todo en arquitecturas y ornamentos religiosos, como vehículo de una espiritualidad que se expresa a través de las matemáticas. En la pieza, un

un grupo de ladrillos franceses de construcción son elevados a un plano  contemplativo sin dejar de ser ladrillos que se mimetizan de un modo misteriosamente armonioso y complejo con su entorno.

Otros ejercicios formales acompañan en paralelo a las ambiciosas y con frecuencia efímeras instalaciones que Héctor Zamora ha realizado en todo el mundo. Las piezas ROJO Brique à bancheracrotère (2024) y Azul 16 Brique à bancheracrotère (2024), son parte de una serie que nac simultáneamente aLattice Detour, la intervención monumental que el artista realizó en la terraza del Metropolitan Museum of Art en Nueva York durante el 2020.

Inspirado por la obra de Donald Judd (cuya retrospectiva en el MoMA pudo ver a finales del 2020) y su búsqueda por encontrar en el equilibrio entre material, espacio y color la esencia invisible del arte, Zamora introduce por primera vez color a una serie de composiciones minimalistas, recordando con sus formas, colores y protocolos de instalación a obras sin título creadas por Judd en 1986. Enéstas, un campo de color era dividido por configuraciones de líneas verticales cortadas en el espacio negativo de una serie de rectángulos y paralelogramastridimensionales.

La exposición culmina con una nueva serie de esculturas con las que el artista continua las exploraciones que ha realizado en piezas como Synclastic/Anticlastic(2009), en la que estructuras de hormigón creadas a partir de paraboloides hiperbólicos recordaban a un ave o mobula (mantarraya) en distintos momentos de vuelo en su proceso de transformación hacia una superficie sinclástica, sorprendiendo al ser también arquitecturalmente plausibles (las primeras estructuras creadas con estas formas datan del siglo II).

En otras piezas como Hypars, intersections series (2014), Zamora se inspiró directamente en la obra de Félix Candela (1910-1997), arquitecto nacido en Madrid y exiliado desde 1939 en la Ciudad de México, en donde marcó el panorama arquitectural con estructuras insólitas, a la vez matemáticamente complejas y sensorialmente elocuentes, ricas en generosas curvas y formas ascendentes.

En su más reciente serie, Poralia (2024) Zamora mezcla las lecciones de Candela con su interés por el movimiento de, en este caso, las medusas del mismo nombre, criaturas que se propulsan elegantemente por las aguas profundas de los océanos. En la instalación, las Poralias se pasean por el espacio de la galería, desafiando las alturas con sus estructuras de cerámica esmaltada y acero.

 

– Marisol Rodríguez

La exposición va a contar con la curaduría de Marisol Rodríguez (Ciudad de México, 1984), escritora, editora y curadora centrada en la intersección de la historia cultural, la cultura popular y el arte contemporáneo. Actualmente vive en París, con distintos proyectos independientes, entre los que destacan su papel como curadora invitada de la 13a Bienal de Dakar bajo la dirección artística de Simon Njami (2018); la exposición AMEXICA, con obras de la Colección de la Familia Servais en el Institut Culturel du Mexique en París (abril-junio de 2023); y Chromosome Comic, en Biquini Wax EPS en Ciudad de México (2023).